La justicia contó por primera vez cómo encontraron los cuerpos de la familia Clutter

Carola Sandoval
4 min readJun 23, 2021

--

El 15 de noviembre de 1959, los policías de la Ciudad de Kansas encontraron, en el diminuto pueblo de Holcomb, cuatro cuerpos aniquilados a sangre fría. Hoy, los fiscales a cargo del caso, revelaron que Susan Kidwell y Nancy Ewalt, amigas de Nancy Clutter, fueron las encargadas de descubrir el asesinato de la familia Clutter.

Holcomb; ubicada en el condado de Finney en el estado estadounidense de Kansas.

“La puerta de la vivienda estaba entreabierta, toqué con los nudillos, llame al timbre, y al final fui hasta la parte posterior de la casa. Allí estaba el garaje con los dos coches, lo que significaba que los Clutter tenían que estar en casa”, aseguró Nancy Edward ante la fiscalía. Por su parte, Susan, amiga de Nancy, dijo: “Llame a la casa y deje que el teléfono sonara. No contestó nadie y entonces el señor Ewalt sugirió que volviésemos a la casa y tratáramos de despertarles”.

Alarmadas por la ausencia de la joven Clutter y de su familia en los servicios dominicales de la iglesia Metodista, donde eran conspicuos miembros, fueron a buscarla. Al ingresar a su casa se dirigieron a la parte superior de la vivienda. Con un disparo en la nuca, y el arma a pocos centímetros, Nancy (16) yacía sobre un costado de su cuerpo con la cara a la pared cubierta de sangre. “El sheriff Robinson la destapó y vimos que llevaba puesta una bata, el pijama, calcetines y zapatillas, como si en el momento del hecho no se hubiera acostado aún. Tenía las manos atadas a la espalda y los tobillos atados con una cuerda de las que se usan en las persianas venecianas”, sostuvo Susan Kidwell.

En la puerta contigua del corredor del segundo piso, encontraron -en su cama- a la señora Clutter. Helm Bonnie tenía los ojos abiertos, y también había sido atada, pero de otra manera; con las manos por delante y un pañuelo. La cuerda que le rodeaba las muñecas le bajaba hasta los tobillos que tenía atados, de allí iba al pie de la cama, en una de cuyas patas había sido atada. Además, la señora Clutter llevaba puestas joyas, dos anillos de oro, una bata, camisón blanco y calcetines blancos. “Tenía la boca tapada con cinta adhesiva pero como le dispararon a quemarropa a un lado de la cabeza, la explosión, el impacto, desprendió la cinta adhesiva”, aseguró un médico forense.

Asimismo, el médico forense, doctor Robert Fenton, había observado una notable diferencia entre las temperaturas de los cuerpos de las víctimas y, basándose en ello, concluyó que el orden de los asesinatos era: la señora Clutter, Nancy, Kenyon y como último el señor Clutter.

Por otra parte, las gafas del hijo menor de la familia, Kenyon Clutter (15), estaban en un estante para libros que había junto a la cama de su habitación. Pero él no estaba allí. En el primer piso de la casa, en un rincón, el joven se encontró echado sobre un diván y con la cabeza apoyada en un par de almohadas. Llevaba una camiseta y vaqueros, iba descalzo, como si se hubiera vestido a toda prisa poniéndose lo primero que tuviera a mano. Tenía la boca cerrada con cinta adhesiva y estaba atado de pies y manos, como su madre. “Kenyon es a quien recuerdo con mayor horror. Quizá porque era el más reconocible, el que más se parecía a como era siempre, a pesar de que le hubieran disparado en la cara, de frente” dijo la amiga de Nancy, Nancy Edward.

En el sótano de la casa, dentro del cuarto de la caldera, se encontró a Herbert “Herb” Clutter, rodeado de un montón de sangre. Llevaba puesto un pijama a rayas y nada más. “Estaba tumbado frente a la caldera. Sobre una enorme caja de cartón que parecía puesta adrede. Una caja de colchón, en la que había una pisada sanguinolenta, la pisada de una media suela de zapato con dos círculos: dos agujeros en el centro, como un par de ojos”, comentó la joven Susan. Además, como los demás miembros de la familia, el señor Clutter tenía la boca con cinta adhesiva que le daba una vuelta completa a la cabeza. Se encontró con los tobillos atados pero no las manos. Habían disparado contra él, desde luego, lo mismo que contra Kenyon, el arma hacia la cara. Aunque, a diferencia de su hijo, Herb tenía la garganta abierta de un tajo.

“Encima de nuestras cabezas había un tubo de calefacción y colgando de él, había un trozo de cuerda, de la cuerda que había empleado el asesino. Es evidente que, en cierto momento el señor Clutter estuvo allí colgado de las manos y luego cortaron la cuerda”, fue la hipótesis que dedujeron las dos amigas de Nancy.

Cartel en honor a los Clutter (1959)

Los cuatro miembros de la familia Clutter fueron vistos con vida por última vez la tarde del sábado 15 de noviembre en el pequeño pueblo de Holcomb, en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas. Si bien no se detectó ningún signo de lucha, ni nada “fuera” de su sitio, simples disparos dejaron cuatro tumbas reunidas bajo una única piedra gris.

--

--

Carola Sandoval
Carola Sandoval

No responses yet